El transporte de gas natural a través de los océanos
El siguiente texto forma parte de un artículo publicado en la revista Oilfield Review, Autumn 2008 - Volumen 20, Número 2 por la empresa Schlumberger, para mayor información sobre este tema visitar el artículo original a través del enlace publicado al final.
Si bien hoy en día se observa un rápido crecimiento del consumo de gas natural, los hallazgos de gas no siempre han sido considerados favorables por sus descubridores. Durante gran parte del siglo XX, los mercados del gas natural se vieron restringidos por los precios bajos y la sobreoferta. El gas que no se podía vender, era quemado por antorcha o reinyectado en pozos de inyección de gas para desplazar el petróleo o mantener la presión de los pozos. Esas actitudes han cambiado al aumentar el énfasis aplicado al control de la contaminación.
El gas natural es el combustible fósil de más baja contaminación. Los niveles potenciales de emisión de azufre, nitrógeno y sustancias en partículas, provenientes del gas natural, son varios órdenes de magnitud inferiores a los del petróleo o del carbón.
Pese a que las refinerías y las centrales de energía pueden remover por completo gran parte de las emisiones provenientes del petróleo o del carbón, dicha remoción les insume una importante cantidad de energía y de capital. Además de producir bajas emisiones de contaminantes, los productos de la combustión provenientes del gas natural contribuyen bastante menos a las emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisiones de dióxido de carbono [CO2] producidas por la combustión del gas natural son un 40% inferiores a las del petróleo y un 80% menores que las del carbón, según sea el contenido de energía.
En reconocimiento a sus características favorables en términos de emisiones, el gas natural se conoce como el “combustible del futuro” y en estos momentos su utilización como fuente de energía es equivalente a la del carbón. Esta posición debe ser sopesada con la disparidad que existe entre los lugares en que se halla el gas natural y dónde se lo consume (figura adjunta). En materia de recursos, entre el 60 y el 70% de las reservas de gas natural de todo el mundo se halla en seis países y más de la mitad de dichas reservas está ubicada en Irán y en Rusia.
Si bien hoy en día se observa un rápido crecimiento del consumo de gas natural, los hallazgos de gas no siempre han sido considerados favorables por sus descubridores. Durante gran parte del siglo XX, los mercados del gas natural se vieron restringidos por los precios bajos y la sobreoferta. El gas que no se podía vender, era quemado por antorcha o reinyectado en pozos de inyección de gas para desplazar el petróleo o mantener la presión de los pozos. Esas actitudes han cambiado al aumentar el énfasis aplicado al control de la contaminación.
El gas natural es el combustible fósil de más baja contaminación. Los niveles potenciales de emisión de azufre, nitrógeno y sustancias en partículas, provenientes del gas natural, son varios órdenes de magnitud inferiores a los del petróleo o del carbón.
Pese a que las refinerías y las centrales de energía pueden remover por completo gran parte de las emisiones provenientes del petróleo o del carbón, dicha remoción les insume una importante cantidad de energía y de capital. Además de producir bajas emisiones de contaminantes, los productos de la combustión provenientes del gas natural contribuyen bastante menos a las emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisiones de dióxido de carbono [CO2] producidas por la combustión del gas natural son un 40% inferiores a las del petróleo y un 80% menores que las del carbón, según sea el contenido de energía.
En reconocimiento a sus características favorables en términos de emisiones, el gas natural se conoce como el “combustible del futuro” y en estos momentos su utilización como fuente de energía es equivalente a la del carbón. Esta posición debe ser sopesada con la disparidad que existe entre los lugares en que se halla el gas natural y dónde se lo consume (figura adjunta). En materia de recursos, entre el 60 y el 70% de las reservas de gas natural de todo el mundo se halla en seis países y más de la mitad de dichas reservas está ubicada en Irán y en Rusia.
Entre las zonas consumidoras, Estados Unidos y la Unión Europea representan casi el 50% del consumo del gas. Además del desajuste existente entre las localizaciones de reservas y de consumo, se considera que alrededor del 60% de las reservas son reservas descubiertas pero no desarrolladas. Las reservas de gas natural descubiertas pero no desarrolladas carecen de demanda local y el transporte por gasoductos resulta antieconómico.
Las localizaciones en las que el gas descubierto pero no desarrollado no puede ser transportado por gasoductos ofrecen escasas alternativas. Una opción está dada por la tecnología de conversión de gas a líquidos (GTL) en la que el gas natural es convertido en hidrocarburos líquidos de alta calidad mediante la reacción de Fischer-Tropsch. La química básica para este proceso fue desarrollada en Alemania a comienzos del siglo XX y ha sido el tema central de una importante tarea de investigación orientada a mejorar los catalizadores y los reactores utilizados. Si bien existen varios instalaciones GTL en funcionamiento, la tecnología es compleja, las plantas son costosas y los volúmenes de gas descubierto pero no desarrollado, utilizado como insumo, deben ser suficientemente grandes para justificar la erogación de capital.
El transporte marítimo en forma de gas natural comprimido (GNC) constituye otra opción. El GNC representa una solución para conectar reservas de gas pequeñas con mercados pequeños a lo largo de distancias intermedias. Si bien la tecnología GTL y el GNC satisfarán las necesidades en algunos mercados, hoy en día el GNL representa la solución más práctica para transportar volúmenes de gas natural grandes a través de distancias transoceánicas largas.
La razón para licuar el gas natural es simple. A presión atmosférica, a medida que se refrigera el gas natural para producir GNL, su volumen disminuye en un factor de alrededor de 600. Esta reducción de volumen hace que la licuación y el transporte del gas proveniente de grandes campos descubiertos pero no desarrollados, para entregarlo a consumidores lejanos, resulten atractivos desde el punto de vista económico. La característica que distingue al GNL de la mayoría de los otros líquidos de los campos petroleros es el hecho de que sea frío, cerca de −160°C [−256°F] en su punto de ebullición y a presión atmosférica. Esta forma líquida del gas natural es bombeada a transportadores marinos diseñados especialmente para el transporte hasta terminales que suelen hallarse a miles de kilómetros de distancia.
La cadena de plantas de licuación y terminales de importación de diferentes partes del globo vinculadas por transporte marítimo recibe el nombre de cadena de valor del GNL. Los costos relacionados con cada parte de la cadena de valor son altos y, en el pasado, los proyectos de GNL sólo se relacionaban con contratos a largo plazo. El incremento de los precios energéticos está modificando el mercado del GNL. El surgimiento de mercaderías de contado y el movimiento de cargas a terminales de importación remotas, en vez de más cercanas, indican que el GNL se ha transformado en un producto básico global.
Para mayor informacion sobre el GNL; cómo se licua, transporta y almacena hasta regasificarlo para el consumidor. Los pasos dados para garantizar la seguridad del GNL y el análisis del impacto de las plantas de licuación visite el siguiente enlace:
http://www.slb.com/content/services/resources/oilfieldreview/spanish.asp?