Nuevas Tecnologías

Desde el año de 1982 se viene hablando de que va haber un agotamiento en las reservas de hidrocarburos, pero los topes aparecen y ese retraso se pausa por unas décadas más y como las reservas más maduras están en países que contienen un amplio avance tecnológico estos han impulsado la búsqueda de nuevas técnicas de explotación ampliamente expandidas al resto del mundo petrolero.


La tecnología juega un rol determinante en el lado de la demanda, la oferta se ve favorecida por el desarrollo tecnológico aguas arriba y aguas abajo. Hoy día existen más reservas debido a los distintos avances tecnológicos, pero esto no implica que la geología deje de dar la última palabra. Lo mismo sucede en el caso del transporte y transformación, donde no pasará mayor cosa si no se llegan a desarrollar mejores sistemas de licuefacción, o si las técnicas de mejoramiento de crudos extra pesados no se hicieran presentes. La oferta más bien se ve favorecida por el avance de esas técnicas.

En el ámbito del desarrollo de fuentes primarias y secundarias de energía, la incidencia de dicho desarrollo configura lo que comúnmente se conoce como ciclos energéticos. Con el paso del tiempo cada paso humano está marcado por una marcha constante hacia la eficiencia energética y por tanto en un incremento notable de la productividad. Recordando un poco podemos mencionar que primero fue el ciclo de la tracción sanguínea (animales y humanos), complementada con el de la leña. Más adelante, con la primera revolución industrial, apareció el carbón, para dar paso al petróleo, hoy fuente dominante en cuanto a eficiencia y maleabilidad energética y química.

Las reservas más importantes de petróleo convencional y gas, con fácil acceso y bajo costo, ya han sido descubiertas, y son extraídas bajo tasas de recuperación no mayores a una media de 30%. Esto agrega una presión mucho mayor sobre las corporaciones en términos de reposición de reservas, reto enorme si se cuenta con las repercusiones del nacionalismo petrolero Además cerca del 70% de la producción actual de petróleo proviene de campos con más de 30 años de edad.

Las nuevas tecnologías introducidas en las últimas décadas en el ámbito exploratorio de la industria petrolera tienen la intención de disminuir riesgos y costos. Hoy se utiliza la nueva generación de técnicas sísmicas de superficie en tres dimensiones (3D), técnicas de medidas durante el registro del pozo para describir mejor el yacimiento, sistemas de perforación rápida y posicionamiento exacto de pozos, en donde se han colocados sensores permanentes para observar y llevar registros del movimiento de fluidos.

Una de las tecnologías que está reduciendo el tiempo de perforación y el espacio de las instalaciones de superficie, minimizando el ruido y los desechos asociados, es la que consiste en sistemas de tubería continua (coiled tubing), mediante el cual se eliminan las uniones enroscadas entre secciones de tubería convencional. Esto se complementa con nuevas técnicas de registros de pozos (Logging-while-drilling, LWD) con el cual se realiza la toma de datos sísmicos durante la perforación, empleando la energía acústica generada y radiada por la mecha de perforación y captada por los geófonos colocados en superficie. Con los datos tomados se pueden optimizar las prácticas de taladro desde el primer pozo, produciendo un pozo óptimo y a menor costo durante el desarrollo de grandes campos de explotación.

Existe un área de amplio desarrollo multidisciplinar como lo es la biotecnología, desde la cual se pueden identificar varias áreas de participación. Una de las principales técnicas tiene que ver con el proceso de recuperación mejorada de petróleo con microorganismos, donde se inyectan al pozo bacterias cultivadas especialmente para lograr que durante su actividad en el yacimiento activen el desplazamiento del petróleo y promuevan un mayor factor de recobro. La otra tiene que ver con la actividad de conversión o mejoramiento de petróleo a nivel del yacimiento provocado por las actividades de los microorganismos sobre los hidrocarburos, en donde se estaría produciendo un petróleo mejorado en sus propiedades de viscosidad, su gravedad específica (API) o contenido de azufre.

Igualmente, o en la misma línea de tecnologías de avanzada para mejorar el recobro del petróleo no convencional, se inscriben los avances que se están dando en el área de mejoramiento en sitio (In-Situ) de crudos pesados y extrapesados.

Se estima que las reservas de petróleo en yacimientos de aguas profundas pueda ser superior a los 60.000 millones de barriles, un 6% de las reservas mundiales probadas. Ya la producción actual alcanza un poco más de 2.5 millones de barriles diarios y la actividad de explotación en zonas de aguas profundas continua.

La tecnología para perforar y producir en aguas profundas se puede clasificar en tres categorías:

Plataformas Fijas: Estas se mantienes en sitios mediante el peso de la estructura o por plataformas de acero ancladas en el suelo submarino, y se emplean en profundidades de 1.500 a 3.000 pies, alcanzando resistir aguas agitadas y fuerzas laterales turbulentas.

Sistemas Submarinos: Consisten en cabezales de pozos en el fondo submarino conectados a plataformas fijas o flotantes.

Plataformas Flotantes: Son estructuras móviles y estás diseñadas para alcanzar mayores profundidades. El desarrollo tecnológico nos ha llevado a un sistema de embarcaciones de taladro que no están limitadas a profundidades y pueden moverse con gran libertad. Esta especie de barcos consiste de un buque en forma de tanquero, anclado en el sito por cables que pueden producir petróleo de pozos en el fondo submarino y almacenado para su posterior transporte por tanqueros de trasbordo.

Referencia. Revista, Petróleo YV

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